CONFEDERACION MANTEÑA
Empecemos
afirmando que el hombre que habitó el litoral ecuatoriano en el alba de su
historia, pertenecía al mismo tronco étnico, aunque la investigación de
estudiosos afirman también que a este territorio costeño y ecuatoriano arribaron
diversas oleadas migratorias y formaron comunidades con diferentes tendencias
culturales.
Aquí
el hombre evolucionó y con él sus costumbres, sus ideas, sus habilidades a
medida que se adaptaba al medio circundante y dominaba la naturaleza para sobrevivir. El camino que tuvo que recorrer el hombre
primitivo fue muy largo y difícil.
Remontándonos a los primeros hombres de las cavernas hasta los de
Valdivia y de estos últimos hasta la fase cultural manteña; desde la simple
organización tribal hasta la compleja estructura de una confederación; desde
las diminutas Venus de Valdivia hasta las estilizadas y simbólicas “VENUS DE
LOS CERROS” (Estelas Manteñas); desde el pequeño tronco usado como asiento
hasta las funcionales sillas de piedra; desde la diversidad de estilo en el
peinado hasta la trepanación de cráneos; desde la concha como alimento sagrado
y decorativo, hasta la fundición del oro y del níquel en hornos especiales.
SU
PRESENCIA HISTORICA:
Los
Mantas formaban una gran nación integrada por muchas nacionalidades las que
estaban unidas por vínculos afines que constituyeron la CONFEDERACION MANTEÑA,
la misma que a la llegada de los españoles cubría toda la costa sur de la
actual provincia de Esmeraldas, al norte, hacia la isla de la Puná en el Sur y
por el Este, Daule y las tierras de la margen izquierda del río Balzar.
Dentro
de este marco geográfico emerge esta gran entidad social que se caracteriza por
su dinamia y por nuevos elementos etnográficos, que la proyectan hacia diversos
campos de experimentación y consecuentemente de realizaciones acordes con sus
necesidades y recursos naturales que supieron utilizar con gran maestría.
La
fase manteña de acuerdo con las dataciones obtenidas a través del Carbono 14
radioactivo y de la obsidiana, se inicia en el año 200 de la era cristiana sin
embargo hay una etapa de otros 200 años anteriores a los indicados, que las
manifestaciones culturales están ausentes o no s las ha podido descubrir o
establecerlas, basadas en hipótesis de tratadistas que afirman que por aquel
entonces se produjeron erupciones volcánicas a lo largo de la costa manabita,
desde jama, Chamisas (Chone), San Lorenzo (Manta), Chocotete (Jipijapa) hasta
el Cerro Montecristi.
El
padre Juan de Velasco en su obra “HISTORIA ANTIGUA DEL REINO DE QUITO” señala:
“Manta grande pero casi desierto, el cual se extendía desde la Punta de Santa
Elena hasta la Ensenada de Charapotó. Este fue a los principios de la Era
Cristiana el teatro de la espantosa raza de los gigantes según lo describe en
su historia natural. Extinguidos los
gigantes, se volvió a poblar, aunque poco de las otras razas comunes dividida
en nueve tribus compuestas de los residuos de diversas naciones que
sobrevivieron ante la crueldad de los gigantes, se unieron como una sola conservando
sus propios nombres aborígenes: Apichiquíes, Cancebís, Charapotóes, Pichotas,
Pichunsis, Manabíes, Jarahúsas, Picoasaes y Jipijapas (Xipixapas). Etc. Los pueblos nombrados conformaban un Estado.
Otros
pueblos conformaban el Estado Cara que era mucho mayor, el cual comprendía
desde la Ensenada de Charapotó hasta el Cabo de San Francisco y en ese
territorio se establecieron primero los pueblos Caras y cuando salieron y
penetraron al interior hacia los andes ecuatorianos, dicho territorio fue
ocupado por las tribus de las otras naciones que habitaban la tierra adentro y
que se llamaron Apecigues, Caniloas, Chones, Pasaos, Silos, Tosaguhas, Jahuas y
también residuos de habitantes Caras.
El
Estado de Tacámes o Atacames, que ocuparon después los Caras y que
posteriormente fue poblado por las tribus de los Esmeraldas, Quaquis, Silanchis
y también los de las islas de Tumaco y de la Tola y tierra adentro los Quaques,
Colimas, Pinpahuaces, Pechansinchi, Jaramijoes, Yambes, Intas y Cayapas.
Historiadores
y arqueólogos como don Emilio Estrada Icaza y Francisco Huerta Rendón
consideraron como mucha razón que los Guancavilcas son parte de la
Confederación Manteña debido a las características similares a las de las
etnias manteñas del centro y del norte de la Región.
Es
necesario considerar que en aquellos tiempos no existía demarcación política –
administrativa que en la actualidad tenemos; por lo tanto no podemos hablar de
Manabí y Guayas como territorios apartes.
Los hombres a lo largo de la costa se integraban, se unían y se
confederaban con el propósito de avanzar más rápidamente en el progreso y en la
acción fecundante de lo que ellos hacían y producían.
Dentro
de la Nación Guancavilca estaban integradas numerosas tribus, como las
Alonchas, Babas, Babahoyos, Chanduyes, Chunanas, Daulis, Guafas, Mangachis,
Ñausas, Ojibas, Palenques, Pimochas, Quilcas y Yahuachis; aunque todas eran
tribus de una misma Nación y con matriz ideomática, es decir que cada cual
tenía su propio lenguaje para comunicarse y se distinguía la principal tribu
con el nombre de Guancavilca porque toda ella carecía de los dos dientes de en
medio de la parte superior de la dentadura; por costumbre antigua se sacaban
esos dos dientes y posteriormente se sacaban cuatro dientes más por castigo que
les puso el Inca Huaynacapac, invasor y conquistador de pueblos de la costa.
El
estudio arqueológico demuestra que existe más semejanzas que diferencias entre
los Manteños del Norte y los Manteños del Sur.
Además
de las nacionalidades que he citado debo agregar los nombres de: Tohal, Saba,
Jaramijoes, Pampahuases, Caras, Apecigues, Caniloas, Chones, Pasaoss, Cilos,
Tosahuas, Jahuas, Levique, Capil, Catarama, Conchichihua, Coalle, Pantagua, Chondana,
Conchipa, Pipai, Apelopes, Apechingue, Sanchán (Sancán), Pillasagua,
Picalauceme, Misbay, Solongo, entre otros en la zona central y norte de
Manabí.
Se
estima que el número de habitantes de la Confederación Manteña fue de
aproximadamente 500.000 mil. Para tener
una idea de la población que existía en la zona central de la Costa y
considerando únicamente lo que podríamos llamar zonas urbanas de aquellas
épocas lejanas doy a conocer los datos proporcionados por don Emilio Estrada:
ZONAS:
Bahía
de Caráquez 10.000 hb.
Charapotó 20.000 hb.
Rocafuerte 6.000
hb.
Tosahua
10.000 hb.
Picoazá
(Cerro de Hojas) 30.000 hb.
Jaboncillo
Portoviejo 5.000 hb.
Montecristi 10.000 hb.
Jaramijó 10.000 hb.
San
Lorenzo 5.000 hb.
Manta
(Jocay) 20.000 hb.
Dan un total de 126.000 hb.
Como
se puede apreciar se menciona poblaciones que se organizaron después de la
llegada de los españoles, como Portoviejo y Montecristi, época en que los
aborígenes fueron víctimas de persecuciones, de castigos y toda clase de
vejámenes. Muchos murieron y se
escaparon a la montaña; sin embargo es significativa la cifra que he indicado
anteriormente. De aquello se puede
deducir que la población aborigen en todo su esplendor sobrepasó los 500.000
mil habitantes y que el sistema de organización determinado por las
circunstancias de entonces, respondió a las necesidades generales y
particulares de aquella inmensa comunidad.
JOCAY
CAPITAL Y CIUDAD EJE DE LA CULTURA MANTEÑA.
De
los pueblos de la Confederación Manteña y unas de las ciudades más importantes
de aquella época fue JOCAY que se encontraba situada en el mismo lugar que
actualmente tiene la ciudad de Manta convertida en la capital de la
Confederación Manteña.
Los
estudios arqueológicos y antropológicos realizados por Marshall Saville y por
Emilio Estrada Icaza señalan que la extensión territorial de la ciudad era de
gran magnitud y por donde quiera que se hacían excavaciones o se escarbaba la
tierra se encontraban y aún se encuentran restos de vasijas, de figurines,
trozos de obsidianas, pozos de agua, tumbas, bases de casas construidas con
piedras, etc. Se han ubicado o
encontrado infinidad de basurales que hablan de la actividad artesanal de dicha
población. El centro ceremonial de
Jocay se supone estaba ubicado a partir del Templo de Umiña que posiblemente se
levantaba en el sitio donde actualmente se encuentran los bloques
habitacionales del Banco Nacional de la Vivienda sobre el antiguo cementerio de
la ciudad y puerto mantense hasta más allá del sector llamado la Cruz Grande ubicado
en el Barrio Córdova. Para mi opinión
como investigador de la historia y cultura manteña, el Templo de Umiña estuvo
ubicado en el lugar donde se encuentra actualmente la Iglesia de la Merced de
Manta compartiendo la hipótesis con el Padre Jesuita Luis Hermida quien
escribiera la obra “JOCAY MANTA” y señalara dicho lugar.
SIGNIFICADO
DE JOCAY.-
La
palabra JOCAY descompuesta en sus raíces, JO significa Pez; CAY significa
Casa. Esto es CASA O ENTRADA DE LOS
PECES y que por el trueque que se hacía de peces por oro se la denominó PUERTA
DE ORO.
El
nombre de JOCAY nos habla de la abundancia de peces que había en estos mares y
que constituían la principal fuente de trabajo y alimentación para sus
habitantes. JOCAY fue el centro de todas
las actividades de la confederación y allí se encontraba la administración en
manos de Jefes, Caciques y Curacas que dictaban las órdenes y resoluciones a
cada una de las nacionalidades. Fue el
gran centro comercial, industrial y artesanal que llenaba de mercaderías y de
productos a todos los pueblos de la costa del pacífico y a los pueblos de la
sierra con quienes mantenía un estrecho contacto y una magnífica relación
comercial.
CERRO
JABONCILLO, asiento principal de la cultura manteña es actualmente estudiado
para conocer su verdadera trascendencia en el desarrollo de dicha cultura,
llegándose a pensar por los hallazgos arqueológicos encontrados que existen
evidencias de un lugar muy poblado por aborígenes manteños y hasta se asegura que
allí estuvo ubicado el principal centro o núcleo administrativo y de poder en
manos de Jefes o Caciques que gobernaban la población. El lugar del Cerro Jaboncillo, conocido
también como Cerro de Hojas posiblemente fue escogido con gran estrategia por ser
montaña alta; distante de la orilla del mar para salvaguardar la integridad de
sus pobladores y su desarrollo político administrativo, cultural y material.
LA
LIGA DE MERCADERES.-
Como
una consecuencia de la organización que se había dado a la Confederación
Manteña, caracterizada por un sentido eminentemente comunitario, surgió la Liga
de Mercaderes fortalecida por ese gran espíritu de cuerpo, de gente práctica y
por la experiencia en navegación y comercio que tenían los pueblos asentados a
la orilla del Mar Grande como ellos denominaron al Océano Pacífico.
Bartolomé
Ruiz de Estrada, adelantado de don Francisco Pizarro fue el primer español en
estudiar la organización y actividad comercial que realizaban estas comunidades
aborígenes.
Debemos
señalar que la actividad comercial y de navegación era realizada por personas
de gran capacidad que fácilmente podían darse cuenta de las necesidades de los
pueblos que visitaban, escuchar sus pedidos, realizar las transacciones
correspondientes y sobre todo la comprensión del dialecto que cada uno de los
pueblos más allá del área manteña,
poseían.
Señores
Miembros del Directorio de la Casa de la Cultura de Manabí, Eloy Alfaro
Delgado, amables oyentes de las emisoras, Radio CENIT y la VOZ DE PORTOVIEJO,
hablar de estos temas ancestrales, culturales que permiten conocer mucho de
nuestra identidad manabita y costeña, es muy hermoso, fascinante y a la vez muy
extenso si analizamos cada uno de los aspectos en los cuales se han destacados
las etnias manteñas a lo largo de la costa ecuatoriana desde el norte Sur de la
provincia de Esmeraldas, el Norte de Manabí pasando por el centro y sur de
nuestra provincia, Jaboncillo, Agua Blanca, Calangone o Salango hasta la
puntilla de Santa Elena en la actual provincia del mismo nombre, antes,
territorio perteneciente a la provincia del Guayas, la Isla de la Puna en el
Sur y por el Este Daule y las tierras de la margen izquierda del Río Balzar.
De
esta manera finalizo esta histórica disertación esperando que haya sido muy
bien recibida y valorada por los radioescuchas y personas presentes en este
auditorio, esperando que este aporte haya contribuido a motivar un despertar de
conocimiento de la cultura manteña para poder defender nuestro legendario,
histórico patrimonio cultural, para el cual los estudiantes, profesores ciudadanía
e instituciones públicas y empresas privadas deben cuidar y sentirse llenos de
orgullo del valor y aporte que nos han legado nuestras culturas milenarias y
especialmente la cultura manteña.
Estimado colega, Gracias por la informacion publicada; estoy haciendo un estudio de la antigua Jocay y quisiera intercambiar algunos criterios. Soy Alfredo Lozano Castro y mi correo electronico es: alozan54@yahoo.es
ResponderBorrarSaludos cordiales